Grandes potencias, pocas responsabilidades

Maria Victoria Villalba Diaz

Hipótesis

¿El daño al medioambiente está relacionado con la pandemia del covid19? ¿Y si es así, será suficiente el efecto que cause en las personas para generar consciencia de aquí en más? Entiendo que ese efecto es efímero. Como sociedad debemos asegurarnos de capitalizar el miedo que esta enfermedad ha generado para que, de aquí en más, sobre todo las grandes potencias como China y Estados Unidos tengan conductas más responsables con el entorno y adhieran en su totalidad a los tratados internacionales del medioambiente.

Introducción

La pandemia generada por el covid.19 proviene del impacto del hombre en la naturaleza y el tráfico ilegal de animales. Según primeras investigaciones, que se han ido confirmando luego científicamente, el pariente más cercano del virus que provoca la pandemia fue hallado en algunos murciélagos, pero necesita otro huésped intermedio como el pangolín para adaptarse y ser capaz de infectar a los humanos (Li, y otros, 2020). Esto mismo ocurrió con los distintos virus como el SARS, la gripe aviaria y el HIV. El tráfico ilegal forma parte de la explotación del hombre hacia el entorno. El manejo indebido de los recursos naturales trajo graves consecuencias en nosotros y en nuestro medioambiente. Ahora, las grandes potencias juegan un gran e importante rol en el impacto al medioambiente de forma global.

A su vez, en este tiempo de cuarentena, hemos podido observar que el cierre de algunas actividades bajaba considerablemente los niveles de contaminación. Estados Unidos y China se encuentran como los países que más emiten dióxido de carbono. (Global Carbon Project, 2019), formando unidos el 38% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. A su vez, el origen de la pandemia comenzó justamente en China y está afectando a gran escala a los Estados Unidos. Por esta razón es que considero importante analizar la problemática ambiental con el enfoque en estas dos potencias industriales.

La cuestión adquiere también especial relevancia si pensamos que Estados Unidos nunca adhirió al Protocolo de Kioto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que tiene como objetivo la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero causantes del calentamiento global; como también frente al anunciado retiro de Estados Unidos del acuerdo climático de París, que también establece medidas para la reducción de esas emisiones, y que comenzará a regir próximamente, cuando finaliza la vigencia del Protocolo de Kioto. (Naciones Unidas, 2020)

Desarrollo

Comenzaré con el foco en los Estados Unidos. El presidente actual, Donald John Trump, decidió abandonar a Estados Unidos de los distintos tratados que tienen como objetivo el bienestar ambiental y la reducción de contaminantes, tales como el tratado de Kioto formado por las Organizaciones Unidas y el Tratado de París ya que el presidente “no se la cree”^[1] (Trump D. J., 2011-2020), ignorando totalmente las estadísticas y efectos masivos que se repercuten por sus acciones en EE UU y en el mundo. En sus numerosos twitts, sostiene que el cambio climático no es más que un invento del gobierno chino. Omite de forma incoherente todos los datos científicamente comprobados desde hace ya más de 150 años que comprueban que la actividad humana genera, eventualmente, consecuencias en el ecosistema, tal como el aumento desmedido de temperatura global como el incremento de fenómenos naturales.

Si bien Trump en gran parte de sus twitts y en sus discursos ante la prensa se la pasa echando la culpa al gobierno chino de estos “inventos”, al irse del Acuerdo de París, Estados Unidos le termina dejando cierto estrellato a China frente al resto de las naciones. Por otro lado, refuerza el poder diplomático de China, ayudándolo a alcanzar ambiciones más a largo plazo para mejorar su economía y dominar nuevas industrias lucrativas. (BBC Mundo, 2017). No se logra entender si esta decisión de los Estados Unidos proviene por un interés entremedio o por la simple incongruencia del presidente frente a este tipo de tomas de decisiones.

Igualmente, el hecho de que Estados Unidos no se encuentre en los acuerdos internacionales va a evitar que se pueda efectuar eventualmente un significante crecimiento de los niveles de carbono o de gases de efecto invernadero.

Este punto de vista del presidente es el mismo al que aplica hacia la realidad del coronavirus. Lo único que parecía importarle era la bolsa de valores. En su Twitter, Trump comentó “El coronavirus está muy bajo control en Estados Unidos. … ¡El mercado de valores empieza a verse muy bien para mí!”^[2]. (Trump, 2020)Sin embargo, al igual que el coronavirus, el presidente no pudo evitar una crisis económica y una caída drástica en las bolsas de valores.

Como dice la Organización de las Naciones Unidas, “el cambio climático es el mayor desafío de nuestro tiempo” (Naciones Unidas, 2020). El hecho de que Trump no quiera demostrar la emergencia de esta problemática muestra que niega completamente lo que pasa realmente tanto en la pandemia como en las problemáticas medioambientales. Al igual que con el cambio climático como con el coronavirus, no ocuparse de la problemática no hará que desaparezca, sino que habrá peores repercusiones en un futuro. Así es como en el día de la fecha con más de 5 millones de casos, los Estados Unidos se encuentra como el país de más casos a nivel global. (Johns Hopkins University, 2020)

Los efectos del cambio climático están perjudicando ahora a los ciudadanos estadounidenses. Al analizar los datos meteorológicos relacionados con la muerte de 6,5 millones de personas en 50 ciudades estadounidenses entre 1989 y 2000, investigadores encontraron que durante las olas de frío de dos días hubo un aumento del 1,59 por ciento en las muertes debido a las temperaturas extremas; y en períodos de clima extremadamente caluroso, las tasas de mortalidad aumentaron un 5.74 por ciento. (Scientific American, 2009).

Hay cierta esperanza en que Estados Unidos vuelva al tratado de París bajo un gobierno demócrata, siendo Joe Biden como candidato para la próxima presidencia. Pero, hasta ahora, no hay respuesta o algún proyecto de solución desde el gobierno actual. Cómo anterior vicepresidente de los Estados Unidos bajo el mandato de Barack Obama, Biden planea continuar los pasos de Obama bajo un control de urgencia hacia las grandes problemáticas medioambientales. ^[3] “El cambio climático es la crisis existencial de nuestro tiempo. El primer día, me uniré al Acuerdo de París y luego uniré al mundo para impulsar nuestro progreso.” (Biden, 2020).

Diferente fue el caso de China que decidió comprometerse en estos tratados, mas reaccionó tarde. Se encuentra adoptando importantes medidas para evitar que el planeta aumente su temperatura en dos grados. Para cuando ya empezaron a tomar medidas sobre el impacto hacia el medioambiente se fue haciendo más difícil revertirlo. No nos olvidemos que cualquier medida que dañe al medio ambiente no solo afecta a esa determinada región sino a todo el mundo.

Pese a las mejoras en las políticas ambientales que se han llevado a cabo y que desde 2014 se fortalecieron como consecuencia de las reformas aprobadas en las leyes ambientales, mejor conocidas como “la guerra contra la contaminación”, China comenzó en 2017 con momentos más fuertes de contaminación atmosférica de los últimos tres años. Por esta razón, además de las políticas que ya venía aplicando, planteó una serie de nuevas medidas para reducir los niveles de contaminación del país. Por un lado, creó la fuerza policial ambiental. Su función principal era sancionar a los ciudadanos que hacían actividades que generen contaminación evidente. También, se hizo la declaración de un proyecto para reducir el 30% del consumo de carbón entre otras medidas. Si bien las políticas empleadas previeron que la contaminación del aire incrementara por más de siete días, los problemas ambientales de China siguen siendo muchos, mismos que están teniendo consecuencias en el medio ambiente, la población y la economía tanto a nivel regional como global. (Peters, 2011).

Mientras que a principios de la década de los ochenta el gobierno chino invertía 1.6 miles de millones de dólares en la protección ambiental, para 2008 la cantidad se incrementó a 66 miles de millones. Por otro lado, las pérdidas económicas causadas por la contaminación ambiental en 2004 fueron 76,09 millones de dólares. Sin embargo, si se consideran no sólo la contaminación del agua y del aire, sino también el consumo de recursos y la degradación ecológica el costo ambiental ascendió a 13.5% en 2005. En el periodo 2000-2010 el costo promedio que generó la contaminación representó el 6.5% del PIB; de éstos, los sectores a los que más se invirtió fueron para la contaminación del aire, del agua y para la degradación del suelo. Los costos económicos que el gobierno chino ha enfrentado para revertir el proceso de contaminación no han tenido los resultados deseados. Aunque han disminuido los niveles de contaminación, el impacto en la salud y la productividad laboral siguen siendo muy altos. (Cuevas Tello & Gonzalez Gracía, 2018)

Ahora, refiriéndonos de vuelta a los casos de coronavirus, aunque parece que está todo relativamente bajo control, debemos tener una mirada crítica hacia el contexto. Es cierto que los casos han disminuido exitosamente, pasando de ser de los países más afectados por la pandemia a ser de los últimos en los rankings (Johns Hopkins University, 2020). No obstante, el miedo que le tiene el pueblo hacia el gobierno es lo que termina generando semejante obediencia.

El régimen totalitario y capcioso se traslada a su vez en la forma de abordar políticas ambientales, pese a que ha que haya disminuido el incremento exponencial de contaminación. ¿fuente? De hecho, China posee industrias en el exterior que, no solo contaminan estas localidades, sino que también China logra quitarse la responsabilidad que requiere los efectos medioambientales de sus industrias.

Uno de los acuerdos a razonar de esta injusticia y falta de coherencia hacia verdadero objetivo del tratado de París es el de China actualmente con la Argentina. Básicamente este involucra criar a los cerdos para el consumo de China en la Argentina por 3700 millones de dólares.

Al buscar información era casi imposible poder encontrar una fuente fidedigna

Arriba se encuentra noticia de Infobae la cual sostiene que este acuerdo traería grandes problemáticas a nivel ambiental. (Infobae, 2020) Abajo se ve una noticia de La Nación en la cual se afirma que el acuerdo es totalmente beneficioso debido al ingreso económico para Argentina, especialmente luego de la crisis económica pos-pandemia. (Betello, 2020).

Desde ya hay que tener en cuenta que los cerdos de China contaminan la Argentina debido a los gases de efecto invernadero. La ganadería se encuentra dentro de las actividades más contaminantes en nuestro país, siendo esta actividad la responsable de más del 20% de los gases de efecto invernadero si no tenemos en cuenta la contaminación del transporte que es del 17% aproximadamente (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable. Presidenacia de la Nación, 2017).

Pero, por otro lado, el monto de dinero que China está dispuesto a pagar nos podría ayudar en este corto plazo a la gran crisis económica que el país está trasbordando. (Betello, 2020)

Ahora, después de todo este análisis se puede llegar a la idea de que el problema ambiental está en las manos de los intereses de las grandes potencias. Como dice en el escrito de la Sopa de Wuhan, “No estamos preparados para disociar el placer del consumo” (Agamben, y otros, 2020). Para realmente lograr un freno debe haber un cambio de actitud en todos nosotros, y especialmente en los políticos de todo el mundo para poder frenar el consumo constante y creciente.

Por suerte, hay gobiernos que sí dan la importancia que se merece a las problemáticas ambientales. Países como Francia, Suiza, Dinamarca y Reino Unido resaltan la relevancia de la biodiversidad, la conservación de bosques, la calidad del agua y en la disminución de la contaminación de manera urgente. (Grupo Villar Mir, 2018). Logran el balance entre el cuidado al medioambiente y la economía del país.

Conclusión

Lamentablemente no tenemos control sobre las grandes potencias. Ni siquiera una catástrofe alcanza a Estados Unidos y a China para tomar conciencia de las necesidades básicas de la sociedad en la que nos encontramos. Al ser el cambio climático una problemática global, se necesita urgentemente la colaboración de todos los gobiernos, y especialmente de China y de Estados Unidos que se encuentran como los países más contaminantes del mundo.

Honestamente, había pensado que iba a obtener otros resultados realizando el trabajo comparativo. Hay demasiados intereses entre los gobiernos en juego que nunca vamos a completamente llegar a entender. Desde nuestro lugar podemos generar un estilo de vida sustentable y concientizar a nuestras comunidades, sin esperar a que un político nos salve.

Bibliografía

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^[1] “I don't believe it” (Trump D. J., 2011-2020)

^[2] “The Coronavirus is very much under control in the USA. … Stock Market starting to look very good to me!”(Trump, 2020)

^[3] “Climate change is the existential crisis of our time. On day one, I'll rejoin the Paris Agreement — and then rally the world to push our progress further.” (Biden, 2020)